Jesucristo Superestrella

Ayer domingo tuve la oportunidad de ir a ver la obra Jesucristo Superestrella, en el Aula Magna de la UCV. La creación de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice fue llevada a cabo por Michel Hausmann, a través de Presentaciones Palo de Agua (los mismos de El Violinista sobre el tejado).

La pasé muy bien y la obra fue realmente agradable. La música estuvo increíble, interpretada por la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, dirigida a su vez por Rodolfo Saglimbeni. Las actuaciones estuvieron, también, impecables. Johnny Sigal se destacó en el papel de Jesús, Karina en el de María Magdalena, Cayito Aponte en el de Caifás, y Rolando Padilla en el de Pilato, entre otros. He dejado expresamente dos aparte porque considero que sus interpretaciones estuvieron a tono de manera especial: El primero es Armando Cabrera, como un amanerado, excéntrico y divertidísimo Herodes que le sube el tempo al play justo en el momento necesario. El segundo es Luke Grande, como Judas. Mi prejuicio inicial con Luke como el tipo de los Astrolabios o la imagen de Pert Plus ya lo había superado con su participación en el Tributo a The Beatles junto a la banda Los Beat3. Su actuación en Jesucristo Superestrella sólo sirvió para reafirmarme que este tipo va en serio y es mucho más que el del champú y el programa de radio. Luke recibe hoy en El Nacional una crítica bastante negativa, basada supuestamente en el estreno de la obra el día sábado. No sabría decir qué tan ajustada a la realidad esté esa crítica, ya que no fui a esa función. Lo que sí puedo decir es que el domingo, en la función de las once de la mañana, Luke estuvo impecable: las notas altas a la perfección y la actuación superior.

El resto del elenco lo hizo igualmente bien, y el show mostró imagenes bastante duras (como la gente arrancando los banderines de los opresores en un gesto por la libertad en la Obertura) y algunas muy particulares adaptaciones a nuestra realidad (como los DVD quemados y los lentes de sol piratas en cartones y anime en la escena de los mercaderes en el templo).....

En todo, una obra 100% recomendable. Es un rato entretenidísimo que se pasa volando y deja una sensación de "¿ya se acabó?". Aprovechen mientras está en las tablas...es un tiro al piso.