miércoles, mayo 30, 2007

El triunfo de la no-violencia

La de hoy fue una nueva jornada de protestas para los estudiantes venezolanos. Tras realizarse Asambleas de Estudiantes en todas las universidades de la capital, nos dirigimos a la Plaza Brión (una segunda casa estos últimos días) con la finalidad de partir hacia la Defensoría del Pueblo, ubicada en la Plaza Morelos. Tras una larga espera llena de incertidumbre acerca de si se marcharía o no, de si se tenía permiso para hacerlo o no, etc., salimos los estudiantes con entusiasmo y valentía a cumplir un objetivo más en esta lucha de ya días. El de hoy: protestar ante la Defensoría por los ciento ochenta y dos estudiantes detenidos en el país por la represión del gobierno.

Una extraordinaria multitud atravesó las calles de la ciudad. La paz gobernó el día. Estábamos alertas ante cualquier infiltrado o intento de saboteo y, una vez más, estábamos unidos los universitarios caraqueños. La gente de la UNEFA volvió a salir, a sabiendas de que muy probablemente serán botados de esa casa de estudios. Al llegar un poco más allá de la CANTV en la Avenida Libertador, la marcha llegó a su destino. Una comisión entregó un documento en la Defensoría, mientras la multitud celebraba y cantaba consignas por la libertad y por los estudiantes.

Luego sucedió lo increíble...

Tras un rato de tranquilidad y calma, se vio una repentina estampida de gente corriendo. El porqué de aquello se hizo evidente de inmediato: un grupo de motorizados afectos al gobierno arremetían contra los estudiantes con la pretensión de intimidar. Allí no está lo increíble, ya que no es eso nada nuevo. Tras el breve correteo, la gente volvió a concentrarse y, con las manos en alto, retumbó un grito potente: "NO A LA VIOLENCIA, NO A LA VIOLENCIA, NO A LA VIOLENCIA". Pronto, empezamos a avanzar, con las manos siempre en alto y con la consigna mencionada, hacia el grupo motorizado. La expresión en sus caras será para mí inolvidable; no sabían qué hacer, se veían desconcertados entre su plan original y la realidad eminente de unos estudiantes pacíficos. Lo increíble, lo fenomenal, lo HISTÓRICO, sucedió en esos breves minutos: gritando a favor de la paz los estudiantes hicimos retroceder a la fuerza vandálica largo trecho, hasta que al fin la Policía Metropolitana intervino -esta vez ya no para arremeter en nuestra contra- sino para desalojar a los violentos motorizados del lugar. Por primera vez que yo recuerde en los últimos años, la no-violencia triunfó de manera aplastante y estupenda sobre la violencia y la intimidación. Y lo hicimos con cantos, con la frente en alto, sin siquiera una china o una piedra, sin improperios y afirmando a todo pulmón que "¡Aquí cabemos todos!".

No le quedó más remedio a la patota chavista que salir del lugar. El retorno a la Plaza Brión estuvo cargado del dulcísimo sabor de la victoria y, nuevamente, del haber cumplido el objetivo trazado. Hoy quedó claro, una vez más, la irreductible voluntad de los estudiantes venezolanos de vivir en democracia, sin miedo, sin opresión y en paz.

Como nota aparte, vale un reconocimiento y un abrazo solidario a los profesores Jorge Tricás y Aníbal Gauna por protestar con nosotros todo el trayecto. También un saludo a otros profesores que se dejaron ver por ahí, entre ellos a Tito Lacruz.

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